23 enero 2009

La pata del pato Paco

Y, ahora que estoy cuentero, continemos con la tónica (de marca desconocida) Le doy un... , jejeje. Es un poco larguillo, pero merece la pena ponerlo en una sola parte. A disfrutar

La pata del pato Paco

Érase una vez un pato llamado Paco, holgazán y perezoso como nadie, que vivía en un reino donde todo era amabilidad. Los habitantes del reino vivían en pareja. El león y la leona, el pájaro y la pájara, el burro y la burra, etcétera. Aunque también había parejas extrañas como el gato y el ratón, el oso y el madroño o el gallino y la gallina, siendo el gallino un ser humano. Paco era de los pocos animales solteros que quedaban en el reino. Había cumplido ya una edad y, según la tradición, debía emparejarse o abandonar el reino.

Pero un día la suerte se acercó al pato Paco a modo de golpe; un golpe de suerte pensó el pato Paco cuando cierto día, en el que caminaba por la calle dispuesto a echar la quiniela, se torció un pié, cayó en un charco manchándose su traje nuevo, perdió un diente –si, si, los patos de esta historia tienen dientes y hablan- y su ojo de cristal salió rodando hasta perderse por una alcantarilla ¡Qué mala pata! Y allí estaba, delante de él, con su ojo de cristal en la mano -pero el ojo de cristal del pato Paco- y la sonrisa sincera que la suerte le había puesto.


El pato Paco comenzó una relación con su mala pata, una femme fatale que hacía de él todo lo que quería. Todo iba viento en popa y agua en el estanque para el pato Paco y su mala pata: siempre que salían a cenar, el restaurante estaba cerrado; cuando planeaban un viaje en barco por el lago, el barco pinchaba y no podía flotar. Si veían una película, esta se estropeaba a la mitad o alguien les contaba el final.

La mala pata cada día hacía más infeliz al pato Paco, el cual, sin su televisor –estropeado por la mala pata-, sin poder holgazanear –la mala pata le había producido almorranas y no podía estar sentado- y sin la compañía de sus amigotes, los cuales no querían estar cerca de la mala pata del pato Paco, no podía vivir.


Así que un día en que le visitó su prima Vera, decidió abandonar a su mala pata, con tan mala suerte, que al pasar la barca le dijo el barquero “las chicas bonitas no pagan dinero” y como el pato Paco no tenía dinero se tuvo que quedar en tierra mientras su prima marchaba a reinos donde fuera mejor recibida.


Mientras el pato Paco volvía a su casa, con su mala pata, pensando en como la dejaría, tuvo un encontronazo con el camión del pienso; un camión que llevaba los pensamientos de los habitantes de reino.

Mientras el pato Paco pensaba, se puso sin querer queriendo debajo de las ruedas del camión, el cual, al pasar por encima, le cercenó uno de sus tan bien amados miembros.

El pato Paco estuvo en cama, coma, tres días, durante los cuales su mala pata le abandonó. Al tercer día Jesús, el médico, le dijo: Lázaro levántate y anda que me han robado el coche Panda. Y el pato Paco resucitó pero antes de empezar a andar se quedó enamorado de la enfermera que había en la puerta. El pato Paco se acercó a la pata Coja y le propuso matrimonio, pero ella sugirió que mejor probaban a vivir juntos y, si todo marchaba bien, después se casarían.

El pato Paco era el pato más feliz del mundo. Al salir del hospital, el pato Paco se fue para casa con la pata Coja y allí intentó esforzarse para que todo saliese perfecto.

Al poco tiempo de ser “bueno” el pato Paco retomó de nuevo sus viejas costumbres. Como sus amigos se habían enterado de que el pato Paco ya no tenía mala pata, comenzaron de nuevo a visitarle. Los viernes partida de cartas, sábados y domingos cervecita y fútbol en casa, los miércoles cine de pago y siempre se reían de la pata Coja.



Esto al pato Paco no le gustaba, pero no hacía nada, eran sus amigos, hasta que un buen día, la pata Coja desapareció. El pato Paco estaba muy triste por haber perdido a su pata Coja. Recordó los días en que ella y él paseaban por el parque y, cuando nadie les veía, se iban al lago y se tiraba a la pata Coja. Cuando hacía la comida a la pata Coja, cuando hacían planes de futuro con su futuro hijo el pato Paco Cojo y cómo el pato Paco y la pata Coja estarían orgullosos cuando su hijo terminase el doctorado de nudos y todo el mundo les conociese como los padres del pato Cojo Nudo. Una sonrisilla escapó del pico del pato Paco, pero una lagrimilla le devolvió a la realidad.

- Era mucho trabajo- se dijo el pato Paco. Y volvió a su vida normal de pereza y holgazanería. El pato Paco fue perdiendo amigos, ya que estos iban encontrando pareja y nadie quería a un holgazán como amigo. Así que un buen día de verano, mientras el pato Paco paseaba por los verdes campos, conoció al señor Pollo. Con muy poco se hicieron amigos.El señor Pollo era feliz y dicharachero, muy dicharachero, y tenía una hermosa mujer, o eso decía él. Siempre quedaban en el mismo sitio, a la misma hora. Algunas veces iban a casa del pato Paco, otras al bingo o al cine o, simplemente, paseaban como buenos amigos. Al pato Paco no le importaba que, a la hora de pagar, al señor Pollo se le olvidase el dinero en casa, no le hubiesen pagado o le acabasen de robar. Tampoco era molesto para el pato Paco tener que dejarle dinero al señor Pollo para hacer algún regalo a su mujer, la mujer del señor Pollo. Bueno y cuando hubo ese malentendido con el banco y el señor Pollo tuvo que pasar una temporada en casa del pato Paco, mientras la mujer del señor Pollo la pasaba con su familia, en la granja.

El señor Pollo no era del agrado de la pata Coja del pato Paco, así que un día, mientras el pato Paco dormía, la pata Coja del pato Paco, cogió sus cosas y desapareció. El pato Paco no le dió importancia ya que tenía la compañía del señor Pollo y esperaba, en breve, conocer a su señora esposa, aunque los vecinos siempre le avisaban sobre el señor Pollo, el cuál no era del agrado de los habitantes del reino

Un día, mientras el pato Paco regresaba a casa después de pasear con su amigo el señor Pollo, vio una hermosa Pata. El pato Paco cambió su rumbo para cruzarse con ella y poder conocerla. La Pata era tímida, hermosa e inteligente, una Pata que no se iba con cualquiera.

Pasó el tiempo y el pato Paco se repartía entre su amada Pata y el señor Pollo. El pato Paco estaba contento porque por fin tenía una Pata, pero no una Pata cualquiera. Tenía una pata múltiple o, mejor dicho, de múltiples posibilidades. Cuando el pato Paco se quedaba en casa viendo la tele, la Pata salía y hacía la compra. Aunque era un poco difícil llevar la compra a casa, ya que una Pata no tiene manos, pero su Pata tenía soluciones. Había adquirido un carrito del cual tiraba cuesta arriba y en el que se montaba cuesta abajo. Los días de partido, el pato Paco quedaba con el señor Pollo para ver el fútbol en la tele, mientras que su Pata salía a dar una vuelta para no molestar a los amigos.

La Pata del pato Paco era de Madera y siempre que salía y llovía se refugiaba en los soportales para no echar raíces. Era una Pata soñadora y, siempre que dormía, soñaba con que le salían alas y volaba y volaba hasta el infinito y más allá.

El pato Paco quería mucho a su Pata, no podía hacer nada sin ella; era su punto de apoyo. Cuando quería salir, salía con su Pata. Si quería bailar bailaba con su Pata. Todo era bonito y feliz en la vida del pato Paco y su Pata.

Pero un día, en el que el pato Paco había quedado con el señor Pollo en la puerta de los cines, este no apareció. Le dijo que ese día le presentaría a su esposa, que trabajaba en los multicines, y que le gustaría que cenasen juntos, en casa del pato Paco, por supuesto.

El pato Paco estuvo esperando más de 2 horas en la entrada de los multicines y nada. Allí no aparecía el señor Pollo ni su señora esposa. Al pato Paco no le importó ya que estaba muy contento porque ese día le iba a pedir matrimonio a su Pata. Cuando llego a casa, abrió la puerta y se encontró al señor Pollo en el sofá, encima de su amada Pata. En ese momento recordó las palabras de advertencia de sus vecinos “ten cuidado con en ese gallináceo que lo que hace el pato con la pata es menester que el pollo lo haga con la…”


Fin.

Moraleja: Si piensas que todo te va mal recuerda que podría ser peor.

9 comentarios:

  1. ¿Con quién lo hace el pollo? Que no me he enterado... ;)

    Ay cómo me he reído...

    Besicos

    ResponderEliminar
  2. No me digas que la mala pata es una amante y se puede quedar contigo siempre?

    Dios, que mal rollo...:S

    Besicos

    ResponderEliminar
  3. Eres...
    jaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajaja!
    Una historia un poco liosa pero real... hay gente realmente desgraciada, aunque creo que algunas situaciones son por puta mala suerte, otras nos vienen por gilipollas...
    Por cierto, el pato de la primera foto... Amazing!
    jajajajajajajaja!

    Muaksssssssssssssss!!!

    ResponderEliminar
  4. "Cuentan de un sabio que un día, tan pobre y misero estaba que..."

    Te estás convirtiendo en un Calderón del XXI, jajajaja.

    ResponderEliminar
  5. Vas a ser una referencia de este siglo, Masakoy!!! Hasta el infinito y más allá.

    ResponderEliminar
  6. joder que mala pata y que mal rollo, menudo asco de pollo traidor!
    espero que hagan con él pollo asado..

    bessetes

    ResponderEliminar
  7. Jajajajajaja, me has hecho reír.

    ResponderEliminar
  8. Pata, pita, peta, pota y...
    Lulú...
    A por la dosera??..
    (K)

    ResponderEliminar
  9. Pues no se Sureña Creo que lo hace con la mujer del pato, jejeje. Besotes otes

    Es que hay que tener puta mala pata, digo, mala paa a secas Belén. tranquila que no se queda conmjigo, al menos eso espero. Besicos, majica.

    Hay gente p´a tó PinUpm pero un pato informático¿? jejeje. Besos pinaperos

    Espero que no estar convirtiéndome en el campo del Atleti Odiseo..., que nmo me gusta el futbol. Abracetes varios varios.

    Bueno, una referencia... me conformo con ser, sólo con eso Jordicine Abracetes infinitos.

    Pollo asado los domingos Yaves, pero el resto de la semana anda como siempre, con la... jejejeje. Besos besantes.

    Yujuu, te has reido Dintel, al final lo eh conseguido, jejeje. Besos risueños.

    Lulú, la chica del francés, ¿no Terpsicore ? Lo siento, no hay parte dosera. la había pero decidí dejarlo todo en una. Creo qeud ebo leer más detenidamente. Besos Terpsicorianos.

    Y ahora a preparar los bolos de la semana que viene. hasta después

    ResponderEliminar

La máscara del más turbado