25 mayo 2012

Cuarenta años


“Cuarenta años no son toda una vida” decía el abuelo al abrocharse el uniforme, un uniforme lleno de medallas que le había otorgado el generalísimo. Abrió la puerta cuando llamaron al timbre para dejar entrar a su amigo republicano. Se sentaron frente a un revolver cargado. Se besaron por última vez. Su amigo y amante fue el primero en disparar cayendo en el acto en el servicio. Ahora era su turno.


“Cuarenta años no son toda una vida” Guardó el revólver, se desvistió y preparó la cena, carne roja.

2 comentarios:

  1. Negro, negro. Me ha recordado una gran película, creo que brasileña, te lo digo de memoria: 'Estómago'. Ya me dirás.

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  2. Voy a ver si encuentro esa película y la veo. He visto la sinopsis y tiene buena pinta. Abracetes de color... negro

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La máscara del más turbado