28 febrero 2012

Uno, dos, tres

“Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres” repetía una y otra vez desde aquella taza de café, aquella tarde en aquella cafetería. “Un café, por favor” “que sean dos” respondió aquella muchacha que acababa de apoyarse a su lado en aquella barra. “Entonces pongo tres” añadió el camarero. Desde aquel día no paraba de repetir “uno, dos tres; uno, dos, tres; uno, dos, tres”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La máscara del más turbado